29 de junio de 2012

cuento de junio


LLAVES QUE NO ABREN

de Félix Albo


         Paró el coche y pareció detener en seco toda una industria ruidosa.
         Sus pasos parecían cantar con eco y él los hizo más lentos.
       El par de llaves de su puerta se convirtió en manojo en sus propias manos.
         La cerradura necesitó más vueltas de las habituales.
       No le esperaba la foto de la entrada, ni le calmó la sed el gin-tonic cargado con hielos color lágrima.
         Su pijama rascó como lija su espalda, sin cariño ni intención.
        Su cama se fue haciendo enorme. Enorme como un océano. Gigante como el agujero de la noche.


         Estuvo consciente en todo momento y naufragó en su sola soledad.


   Por la mañana no encontró canción alguna para espantarla y, simplemente, se dejó ahogar hasta que un viento frío le despeinó la vida.



FÉLIX ALBO. Mediterráneo, como un mar. Inmenso, como los abrazos que da. Entrañable, como sus historias. Ácido, como un limón de su huerta. Dulce, como sus peritas. Irónico, como la vida que nos cuenta. Enamorado de los suyos y de su trabajo. Amigo. Así es Félix.

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