26 de julio de 2012

cuento de julio


UNA SONRISA

de Manuel Castaño


         Se conocieron en el instituto, se gustaron, se declararon y se juraron amor eterno.

         Tres hijas y unas bodas de oro después seguían juntos. Se amaban como el primer día, y como el segundo y como el resto de su vida.

         Cuando a ella le diagnosticaron una metástasis incurable él sintió que la vida se les escapaba, sintió que se le partía el alma, que se desgajaba por dentro. Y con el alma partida contempló día tras día la pérdida de consciencia de su amada.

         El día en que ella murió, a él lo encontró pocas horas antes una de sus hijas, como dormido en un sillón de casa, con el álbum de fotos familiar abierto y con una sonrisa en los labios.

         Una sonrisa como único equipaje para encontrarse con ella.



MANUEL CASTAÑO. O Manuel Légolas como también gusta llamarse en esto de los cuentos, es extremeño de nacimiento y alcalaíno de adopción. Gusta de comer y beber bien. Y de contar cuentos. Y las tres cosas procura hacerlas en compañía. Comer y beber con cualquiera que le preste estómago o paladar. Y contar suele hacerlo con Carmen Fernández, o Carmen Légolas.

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