23 de noviembre de 2017

cuento de noviembre #2017



EL LATIDO DEL MUNDO

de Cristina Verbana


Ilustración de CHUSMERÍAS CHUSMERÍAS


Trabajaba allí por ese cuadro. Era un gran collage dividido en cuadrados que jugaba con los naranjas, amarillos y rojos en texturas diversas: un sol en un cuadrado, el rostro de una mujer en otro, un sobre cerrado, gradaciones de naranja.
Cuando me despedí quise comprarlo. Mi jefa dijo suplicante: “¡Ese! No te lo lleves. Yo trabajo aquí para verlo.”
Salí al rellano y la casa me dijo: “¡Ese cuadro! Yo me construí sólo para albergarlo. Si te lo llevas, me dejaré caer.”
En la calle, la ciudad me contó: “¡Ese cuadro tan hermoso! Yo he crecido alrededor suyo. Si se pierde, mi corazón se convertirá en laberinto.”
Llegué a casa. La luz del atardecer entraba por los ventanales cuadrados. Jugaba con mi cuerpo en naranjas, amarillos. Mi rostro de mujer era rojo. Alargué las manos, ahí estaba el sobre cerrado del cuadro. Llevaría mi nombre.



CRISTINA VERBENA
Se atarantó de pequeña, no con una araña, sino con los cuentos. Se atarantó y entre sus labios se tejieron las historias. Y por eso baila, y por eso canta, y por eso cuenta, para atarantarse de ritmos, de sonidos, de palabras.

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CHUSMERÍAS CHUSMERÍAS
María Jesús Belinchón
Autodidacta, crecí creyendo que era malo perder en tiempo en garabatos y formas soñadas. Por suerte, con la rebeldía de la adolescencia me embarqué en mis dibujos piratas y siempre al final del día, después del trabajo que paga facturas, grité y grito en colores, una naturaleza anhelada. Curvas, halos, colores, formas, casi siempre dulces, hacen homenaje a todo aquello que nos envuelve, también es mi forma de expresar mi cariño, de lanzar mensajes. Me apasionan los collages, la mezcla, el experimentar. Me llaman Mª Jesús, Chus, Marixus, Chusmerías Chusmerías. Yo me reconozco como "inventona".

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